alfombra rodillo

Alfombra rodillo, ¿merece la pena una buena? ¡Claro que sí!

10 minutos

La alfombra para el rodillo no es un elemento imprescindible, pero sí que es un accesorio más que recomendable y por más razones de las que imaginas: protege el suelo de los roces del rodillo y evita que caiga sobre él tu sudor, añade un poco de acolchado que reduce la vibración a la que se ve sometido tu cuerpo, reduce también el ruido que han de sufrir tus vecinos y convivientes… ¡Todo son ventajas!

Si eres aficionado a alguna disciplina en la que intervenga la bicicleta (ciclismo de carretera o de montaña, triatlón…), seguramente tendrás o estarás en proceso de adquirir un rodillo para poder entrenar dentro de casa, bien los días en los que las condiciones externas son adversas, o bien los días en los que quieres hacer algún tipo de entrenamiento muy específico de potencia, series u otro similar.

Y, si es así, una de las cosas que no pueden faltar en tu kit de recursos es una buena alfombra para el rodillo, porque, aunque puedas poner el rodillo directamente sobre el suelo y entrenar con total normalidad sin ella, ¡ay, amigo!, ya verás cómo se va poniendo la zona donde lo colocas habitualmente tras unas semanas o meses: rayaduras por el microdesplazamiento del rodillo, peste por el sudor que se va quedando impregnado en la loseta o parquet…

Eso, sin tener en cuenta el molesto ruido que puedes llegar a generar, porque, aunque los rodillos han avanzado muchísimo y ahora son relativamente silenciosos, el traqueteo y golpeteo contra el suelo son inevitables, sobre todo, cuando te pones a tope o te levantas y haces el gesto de cimbrear la bicicleta.

Sí, vale, muchas de estas cosas son, en gran medida, inevitables e intrínsecas al entrenamiento con rodillo en casa, pero puedes minimizar muchísimo estos inconvenientes con una alfombra para rodillo medianamente decente. Te aseguro que es una pequeña inversión a la que le vas a sacar muchísima rentabilidad, tanto directa como indirecta. Tienes mi palabra.

¿Realmente necesitas una?

Bueno, no hay ninguna ley que te obligue a usarla y puedes intentar salir del paso recurriendo a toallas, esterillas de yoga o cosas por el estilo, pero te aseguro que el día que pruebas una buena, cambia totalmente tu mundo, entiendes el porqué de su existencia y agradeces cada uno de los euros invertidos en ella.

alfombra rodillo

Déjate de apaños: una toalla empapa mucho sudor y huele a rayos, cuesta mucho de limpiar y se rompe en apenas cuatro usos; las esterillas de yoga o los bloques que se usan como alfombras para los críos acaban hundidos y rotos en apenas unas semanas; una lámina de PVC no amortigua…

Puedes conseguir una buena alfombra para el rodillo desde apenas veinte o treinta euros y, además de las ventajas que te he ido comentando hasta ahora, verás cómo te facilita la limpieza de la zona de entrenamiento y cómo dejan de gruñirte cuando dices «voy a ponerme a hacer un rato de rodillo».

¿En qué debes fijarte para elegir una buena alfombra para el rodillo?

A continuación te enumero los principales aspectos en los que me fijaría si tuviera que comprarme una nueva alfombra para el rodillo (yo ya tengo una en mi casa, que tengo que predicar con el ejemplo) y te indico los puntos a favor y en contra de cada uno de ellos:

  • De qué material está hecha: Las de PVC protegen más de los roces y golpes y son más duraderas, pero son menos plegables, por lo que se almacenan peor, y amortiguan menos. Las de espumas / polímeros / foams son más blanditas y plegables, pero menos duraderas. Las de goma tienden a ser pesadas. Si tienes sitio fijo, te recomiendo una de doble capa, con espuma debajo y PVC encima.  Si no, la verdad es que con una de espuma vas que chutas y, como suelen ser más baratas, la puedes cambiar con cierta frecuencia.
  • Acabado de las superficies: La superficie de abajo ha de ser antideslizante y la de arriba, cuanto más resistente (para los roces) e impermeable (para el sudor), mejor.
  • El tamaño importa, y mucho: La alfombra ha de cubrir, al menos, el ancho y el largo de la bici y un poquito más. En general, puedes tomar como referencia un tamaño de dos metros de largo por uno de ancho.
  • Grosor: Dependerá bastante del material, pero yo no compraría una de menos de medio centímetro de grosor.
  • Peso y plegabilidad: Si la vas a tener fija, puedes obviar estos dos aspectos, pero, si vas a tener que ponerla y quitarla con relativa frecuencia, te va a ser prácticamente imprescindible que se pueda plegar o, mejor aún, enrollar (ojo: después de haberla secado y limpiado).Y también agradecerás que no sea muy pesada.
  • Precio: Eso ya lo dejo a tu elección, pero hazte a la idea de que la inversión mínima rondará los veinte o treinta euros. A partir de ahí, pues, como casi todo lo relacionado con la bicicleta: tanto como quieras gastar. Pero, ya sabes, no por ser más caro ha de irte mejor, lo que importa es que analices bien cada uno de los factores anteriores y elijas aquella que mejor satisface tus requisitos o necesidades.

Por cierto, ya que hablamos del kit de recursos para el rodillo, no olvides pensar en una toallita de las que van desde el manillar al sillín y recogen el sudor. Y, si ves que vas a pasar muchas horas encima del «potro de tortura», como muchos llaman al rodillo, deberías valorar también comprarte un buen ventilador.

Especialista en análisis de material deportivo

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