En la búsqueda del rendimiento en la bicicleta, un instrumento se impone cada vez más como herramienta de entrenamiento: el potenciómetro. Es cierto que, hace unos años, no era un producto asequible para el ciclista recreativo. Sin embargo, ha habido una evolución hacia dispositivos más económicos. También, a nivel de comodidad de instalación, ya no hace falta ser un manitas para montar y configurar el sistema. Sobre todo los pedales potenciómetro son accesorios de uso casi inmediato. Te explicaremos cómo te pueden proporcionar todos los datos sobre tu pedaleo, sin necesidad de romperte la cabeza.
¿Para qué puede servir un potenciómetro de ciclismo?
Como casi todo en esta vida, la ciencia y la tecnología siguen avanzando a pasos agigantados. A nivel de entrenamiento, el pulsómetro ya se considera una anacronía. Por su lado, el potenciómetro se ha convertido en la piedra filosofal que nos debe guiar hacia mejores marcas personales. Viendo el éxito que tienen los atletas de élite que han adoptado este enfoque científico, habrá que concluir que tiene más de un argumento a su favor. En vez de fijarnos rangos de frecuencia cardiaca, el potenciómetro nos ayudará a entrenar en zonas de esfuerzo. Así podremos sacar más tajada de nuestras horas de sillín.
¿Qué hace que los pedales potenciómetro sean tan prácticos?
Todos los sistemas de potenciómetro están basados en medir la fuerza que transmites a tu rueda trasera. Todo esto a través de pedales, bielas, platos, cadena, piñones, y multiplicarla por la velocidad. En este sentido, la ciencia de la física mecánica no se ha revolucionado: P = F x V. Esta fuerza se puede medir en varios elementos del sistema de transmisión. el buje de la rueda trasera, el eje de pedalier, las bielas o, finalmente, los pedales potenciómetro. Los primeros componentes de esta lista no son exactamente piezas que se cambian en un abrir y cerrar de ojos, y los triatletas arrastran esa fama (¿merecida o no?) de no ser grandes aficionados del bricolaje en sus monturas. Este es precisamente el mayor argumento para instalar pedales potenciómetro. Si sabes cambiar pedales, lo puedes conseguir en menos de cinco minutos.
¿Hay más razones para utilizar este sistema?
Pues sí, varias, y te las explicaremos en detalle:
- Intercambiabilidad. Además de su facilidad de instalación, los pedales potenciómetro también se pueden transferir rápidamente de una bicicleta a otra si, por ejemplo, estás acostumbrado a cambiar con frecuencia de montura (carretera, contrarreloj, BTT), y no quieres tener que comprar más de un sistema.
- Precisión. Por su concepto, los primeros modelos de pedales potenciómetro no eran los más precisos, pero, los nuevos modelos son tan fiables, o incluso más, que los demás sistemas, a condición de calibrarlos con cierta frecuencia. Además, miden exactamente dónde se genera la potencia, es decir, entre el pie y el pedal, por lo que no se producen errores, debidos a pérdidas de potencia en la transmisión.
- Equilibrio o flexibilidad. Como tenemos dos pies y dos pedales, lo más indicado es comprar un juego completo de pedales potenciómetro que mide con precisión la fuerza que desarrolla cada pierna, y que te permite analizar el equilibrio derecha/izquierda. También puedes optar por la opción ligeramente más económica. En esta, solo un pedal tiene un sistema de medición, y el programa multiplica la potencia por dos, considerando un perfecto equilibrio entre las dos piernas. Sin embargo, el ahorro que te permite esta opción no es lineal: no te saldrá a la mitad del precio del juego completo.
- Compatibilidad con varios tipos de sistemas de pedales automáticos: todos estamos acostumbrados a nuestro juego de calas y pedales, y nos cuesta despedirnos de ellos. Afortunadamente, existen modelos de pedales potenciómetro para los sistemas más habituales.
Entre su facilidad de instalación y configuración, y las ventajas adicionales de los pedales potenciómetro, no quedan muchos argumentos para instalar un sistema de otro tipo. Todo está listo para que analices tus golpes de pedal y que consigas dar este paso adelante. Sin embargo, un último consejo: no te obsesiones con tus valores de potencia, clavando tu mirada sin parar en la pantallita mientras pedaleas. Acuérdate de mirar alrededor, no solamente por tu seguridad, sino también para disfrutar del paisaje y de la compañía.
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